Construyendo Sonrisas, Bogotá, Colombia
Este blog está escrito por nuestro escritor invitado, Juan David Ariza. Juan es el fundador de Segundo, una plataforma para emprendedores donde se busca inspirarlos a través de historias, consejos y herramientas con el fin de romper con la procrastinación y poder tomar acción. Segundo y Quántica se han unido gracias a su mismo propósito de compartir historias de cambio positivas, de gente inspiradora y berraca determinada a cultivar sus pasiones y a hacer un cambio en el mundo.
A veces el humo de los grandes impactos, de las grandes acciones parecen nublar nuestra capacidad para apreciar los detalles, para apreciar lo que hay detrás de las grandes acciones. A veces nos olvidamos que lo que hace especial esta vida es la calidad de nuestras relaciones interpersonales. Lo que cuenta es nuestro afecto y genuino interés por las personas antes de nuestro interés específico gobernado por una ilusión del ego. Y es que no todas las personas viven nuestra misma realidad. Cada persona vive una realidad única y en muchas ocasiones desconocemos realidades que sistemáticamente están conectadas a las nuestras pero que nuestra burbuja social deja a un lado. Y eso lo que un grupo de jóvenes está comprometido a cambiar, una sonrisa a la vez.
Todo empieza a través de un proyecto universitario en el que se busca mostrarle la otra realidad del país. Personas que no nacieron con los mismos privilegios que uno, personas que no cuentan con las mismas oportunidades. Sin embargo, son personas que quieren generar un cambio en sus comunidades.
Esta iniciativa inició a través de la reestructuración de escuelas rurales que están lejos de los municipios y que a las que realmente no se les tenía muy en cuenta. Había oportunidades limitadas para estas poblaciones. A este grupo de jóvenes los movía la sed de cambio, pero detrás de eso se escondía un amor por los niños y la educación. La educación como motor de crecimiento para generar un cambio y poder aumentar la calidad de vida de estas personas. A través de esta iniciativa este grupo de jóvenes liderados por David Bravo y Natalia Betancur se dieron cuenta que el verdadero cambio se dio porque la comunidad quería envolverse. Pasó de ser una ayuda a una colaboración de personas unidas por una misma causa y enfocados en el crecimiento de una comunidad.
Después de las primeras intervenciones, se empezó a formalizar el proyecto y se creó la fundación Construyendo Sonrisas. Esta fundación iba a actuar bajo dos grandes ejes: la formalización y los proyectos integrales. El propósito principal que se destacó es el de inspirar acciones que generen impacto social. ¿Cómo se puede lograr ese propósito? A través de dos grandes acciones:
1. Unión de voluntarios y gente de la comunidad por la mejora.
2. Mejorar la experiencia educativa de los niños en las zonas rurales.
Y es que todo eso suena muy bonito y cualquier persona podría estar convencida de que surgiría un cambio, pero la fundación tenía en cuenta que sus intervenciones debían seguir una estructura, una estructura que envolviera al doliente, que lo moviera a la acción y a través de la cual se pudiera crear algo nuevo. Por eso vale la pena recalcar que la fundación se mueve bajo tres grandes verbos de acción:
Empoderar
Motivar
Crear
Construyendo Sonrisas ha generado un cambio y lo más importante es que generado un vínculo con esas personas de las comunidades intervenidas. Cabe recalcar que no siempre ha sido fácil o sencillo, incluso en ocasiones se ha pensado que no se está generando un cambio grande pero hay una frase que acaba con cualquier argumento pesimista y le vuelve a dar vida a la causa:
“Cuando sientan que no están generando un cambio real, sepan que desde la primera sonrisa todo habrá valido la pena.”
Así que no se afane por generar grandes actos, no se afane por cambiar el mundo en un año. Cambie la vida de una persona, un día a la vez y así habrá cambiado un mundo. El servicio a los demás puede ser el medio más importante de cambio y sólo aquellos que están dispuestos a crear otra realidad, van a ser quienes se atrevan a transformar realidades.
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